,

Nervio Ciático

La ciática es un tipo de dolor que afecta principalmente a la parte baja de la espalda y se extiende por la pierna a lo largo del recorrido del nervio ciático.

El ciático, es el nervio más largo y ancho del cuerpo, que se origina en la columna vertebral y recorre cada una de las piernas hasta los pies. Cuando existe presión o daño en alguna parte de su trayecto, como a la salida de la columna o en el área del músculo piramidal (en la zona de la cadera), puede producir dolor intenso, hormigueo, debilidad y entumecimiento en la pierna afectada.

Para abordar el dolor ciático de forma efectiva, es fundamental conocer su origen. El dolor puede ser causado por diferentes motivos, como hernias discales, estenosis espinal, lesiones musculares o incluso una sobrecarga del músculo piramidal, que puede comprimir el nervio. Identificar la causa del dolor es esencial para pautar un tratamiento adecuado, ya que cada caso requiere un enfoque personalizado que se ajuste a la raíz específica del problema.

Además, es importante considerar que los nervios, incluidos el ciático, necesitan mantener su elasticidad para funcionar de manera óptima. La pérdida de esta elasticidad, debido a una lesión o inactividad prolongada, puede contribuir al dolor y limitar el movimiento.

La fisioterapia juega un papel clave en el tratamiento de la ciática, ya que permite aliviar la presión sobre el nervio, mejorar la elasticidad y fortalecer la musculatura, favoreciendo una recuperación integral. Con un plan terapéutico personalizado, los pacientes pueden mejorar su calidad de vida y reducir el riesgo de recurrencia.

, ,

ROTURA DE FIBRAS

Una rotura de fibras o desgarro muscular es una lesión que ocurre cuando se produce un esfuerzo brusco o un traumatismo en el músculo.

Quienes la sufren describen una sensación similar a recibir una «pedrada», acompañada de un dolor intenso y, en ocasiones, un hematoma en la zona afectada o en áreas cercanas.

Este tipo de lesión es común en deportes que implican movimientos explosivos, especialmente en las extremidades inferiores, los deportes como fútbol, balonmano, atletismo, tenis o pádel, que requieren cambios rápidos de dirección o frenadas intensas, suelen ser los más propensos.  Una rotura de fibras también puede darse en actividades cotidianas, como un tropezón o una pequeña carrera inesperada, por ejemplo, al intentar subir al autobús corriendo para no perderlo, sobre todo en personas no entrenadas.

El riesgo de sufrir este tipo de lesión está muy relacionado con el nivel de entrenamiento y la dificultad del movimiento realizado. Cuanto menos entrenado esté el cuerpo, mayor es la probabilidad de lesión ante movimientos bruscos o no habituales.

Ante la aparición de síntomas, es crucial una evaluación médica adecuada. La ecografía es una herramienta eficaz para determinar la gravedad de la lesión y planificar un tratamiento personalizado de fisioterapia y readaptación. Técnicas invasivas como la electrolisis, junto con métodos tradicionales como el láser, la diatermia o el ejercicio físico, juegan un papel clave en la recuperación, ayudando no solo a restaurar la función del músculo, sino también a prevenir futuras lesiones en la misma zona.

Recibir tratamiento lo antes posible es esencial para evitar complicaciones, como la formación de fibrosis, que podría dificultar la vuelta a la actividad física deseada. Un manejo adecuado permitirá una recuperación más rápida y segura.