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¿Cómo afecta el estrés a tu postura corporal?

El estrés no solo afecta tu mente, también tiene un impacto directo en tu cuerpo, especialmente en tu postura. Cuando estás bajo presión, tu cuerpo reacciona activando mecanismos de defensa, como la tensión muscular, que puede alterar tu alineación corporal.

  1. Tensión muscular constante

El estrés puede causar una contracción involuntaria de músculos clave, como los del cuello, hombros y espalda. Esto genera rigidez, dolor y una postura encorvada, que con el tiempo puede volverse habitual.

  1. Cambios en la respiración

El estrés suele llevar a una respiración superficial, lo que obliga a utilizar más los músculos del cuello y los hombros en lugar del diafragma. Esto no solo afecta la oxigenación, sino que también contribuye a la sobrecarga muscular en esta zona.

  1. Hábitos posturales poco saludables

El estrés prolongado puede hacer que adoptes posturas inadecuadas, como encorvarte frente al ordenador o cruzar constantemente las piernas. Estos hábitos aumentan la presión sobre ciertas articulaciones y músculos, favoreciendo dolores crónicos.

 

¿Qué puedes hacer para mejorar?

 

  • Practica ejercicios de relajación:

Actividades como yoga o meditación ayudan a reducir la tensión muscular y a recuperar una postura natural.

  • Revisa tu postura:

Haz pausas durante el día para corregir el cómo te colocas y relajar tu musculatura.

  • Acude a fisioterapia:

Un fisioterapeuta puede ayudarte a liberar tensiones, darte consejos para mejorar tu postura y prevenir lesiones derivadas del estrés planteando tratamientos activos.

 

Recuerda, cuidar de tu cuerpo implica cuidar de tu mente y viceversa. Si notas molestias, no dudes en ponerte en contacto con nosotros para que te podamos ayudar, recuerda que la prevención es fundamental para evitar lesiones en el futuro.

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¿Qué es el síndrome de sobreuso y cómo tratarlo?

El síndrome de sobreuso, o lesión por uso repetitivo, es una afección que aparece cuando una parte del cuerpo realiza movimientos repetitivos o soporta esfuerzos prolongados en el tiempo.

Este problema es frecuente tanto en deportistas como en personas que realizan actividades físicas o posturales constantes en su día a día y surge cuando tejidos como músculos, tendones o articulaciones no logran repararse adecuadamente debido a una sobrecarga continua.

Entre las causas más comunes están…

 

  • Movimientos repetitivos, como teclear o correr.
  • Sobrecarga muscular durante entrenamientos intensos.
  • Mantener posturas incorrectas por largos periodos.

 

Esta dolencia se manifiesta con dolor localizado que aumenta con la actividad, rigidez e inflamación de la zona afectada y debilidad muscular o reducción del rango de movimiento del área lesionada.

Las lesiones más comunes incluyen tendinopatías del manguito rotador, epicondilitis (codo de tenista), síndrome del túnel carpiano y problemas en la cintilla iliotibial en corredores.

Cada persona es un mundo, pero, en general, el tratamiento se centra en aliviar el dolor, recuperar la normalidad de la zona lesionada y evitar recaídas:

 

  1. Descanso: Reducir o suspender la actividad que provoca la lesión, controlando las cargas para una recuperación adecuada.
  2. Fisioterapia: Terapias manuales, estiramientos específicos y ejercicios de fortalecimiento.
  3. Cuidados adicionales: Aplicar frío o calor según el caso para reducir inflamación y mejorar el dolor.
  4. Corrección de hábitos: Mejorar la postura o técnica en actividades repetitivas, así como colocación de plantillas en los casos necesarios.

 

En Sannus Clinic, ofrecemos un enfoque integral y personalizado para tratar tus dolencias, ayudándote a recuperar tu bienestar y prevenir futuras lesiones.

 

Si notas molestias, no dudes en ponerte en contacto con nosotros, nuestros profesionales encontrarán solución a tu malestar adaptándose al máximo a tus necesidades.

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Nervio Ciático

La ciática es un tipo de dolor que afecta principalmente a la parte baja de la espalda y se extiende por la pierna a lo largo del recorrido del nervio ciático.

El ciático, es el nervio más largo y ancho del cuerpo, que se origina en la columna vertebral y recorre cada una de las piernas hasta los pies. Cuando existe presión o daño en alguna parte de su trayecto, como a la salida de la columna o en el área del músculo piramidal (en la zona de la cadera), puede producir dolor intenso, hormigueo, debilidad y entumecimiento en la pierna afectada.

Para abordar el dolor ciático de forma efectiva, es fundamental conocer su origen. El dolor puede ser causado por diferentes motivos, como hernias discales, estenosis espinal, lesiones musculares o incluso una sobrecarga del músculo piramidal, que puede comprimir el nervio. Identificar la causa del dolor es esencial para pautar un tratamiento adecuado, ya que cada caso requiere un enfoque personalizado que se ajuste a la raíz específica del problema.

Además, es importante considerar que los nervios, incluidos el ciático, necesitan mantener su elasticidad para funcionar de manera óptima. La pérdida de esta elasticidad, debido a una lesión o inactividad prolongada, puede contribuir al dolor y limitar el movimiento.

La fisioterapia juega un papel clave en el tratamiento de la ciática, ya que permite aliviar la presión sobre el nervio, mejorar la elasticidad y fortalecer la musculatura, favoreciendo una recuperación integral. Con un plan terapéutico personalizado, los pacientes pueden mejorar su calidad de vida y reducir el riesgo de recurrencia.

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ROTURA DE FIBRAS

Una rotura de fibras o desgarro muscular es una lesión que ocurre cuando se produce un esfuerzo brusco o un traumatismo en el músculo.

Quienes la sufren describen una sensación similar a recibir una «pedrada», acompañada de un dolor intenso y, en ocasiones, un hematoma en la zona afectada o en áreas cercanas.

Este tipo de lesión es común en deportes que implican movimientos explosivos, especialmente en las extremidades inferiores, los deportes como fútbol, balonmano, atletismo, tenis o pádel, que requieren cambios rápidos de dirección o frenadas intensas, suelen ser los más propensos.  Una rotura de fibras también puede darse en actividades cotidianas, como un tropezón o una pequeña carrera inesperada, por ejemplo, al intentar subir al autobús corriendo para no perderlo, sobre todo en personas no entrenadas.

El riesgo de sufrir este tipo de lesión está muy relacionado con el nivel de entrenamiento y la dificultad del movimiento realizado. Cuanto menos entrenado esté el cuerpo, mayor es la probabilidad de lesión ante movimientos bruscos o no habituales.

Ante la aparición de síntomas, es crucial una evaluación médica adecuada. La ecografía es una herramienta eficaz para determinar la gravedad de la lesión y planificar un tratamiento personalizado de fisioterapia y readaptación. Técnicas invasivas como la electrolisis, junto con métodos tradicionales como el láser, la diatermia o el ejercicio físico, juegan un papel clave en la recuperación, ayudando no solo a restaurar la función del músculo, sino también a prevenir futuras lesiones en la misma zona.

Recibir tratamiento lo antes posible es esencial para evitar complicaciones, como la formación de fibrosis, que podría dificultar la vuelta a la actividad física deseada. Un manejo adecuado permitirá una recuperación más rápida y segura.

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CAUSAS DE LA LUMBALGIA

El pasado domingo, 8 de septiembre, se conmemoró el Día Mundial de la Fisioterapia centrándose en la lumbalgia.

La lumbalgia es la principal causa de discapacidad en todo el mundo, puede experimentarse a cualquier edad y casi todo el mundo lo padecerá en algún momento de su vida.

El dolor lumbar puede manifestarse como una molestia leve o un dolor agudo y punzante. Otros síntomas incluyen rigidez muscular, dificultad para moverse, espasmos y dolor que se irradia hacia las piernas.

 

Sus causas son variadas y pueden incluir…

 

  • Mala postura: Pasar muchas horas en una posición incorrecta puede causar tensión en la espalda baja.

 

  • Esfuerzos físicos: Levantar objetos pesados de manera incorrecta o realizar movimientos bruscos puede provocar distensiones musculares o lesiones en la columna.

 

  • Sedentarismo: La falta de actividad física debilita los músculos de la espalda, lo que puede derivar en dolor crónico.

 

  • Lesiones: Las hernias discales, la ciática o el pinzamiento de nervios también pueden generar dolor lumbar intenso.

 

  • Envejecimiento: Con el tiempo, la degeneración de los discos intervertebrales puede causar dolor en la parte baja de la espalda.

 

Los fisioterapeutas utilizan diversas técnicas para reducir el dolor lumbar. Entre estas se encuentran la terapia manual, el masaje terapéutico, la diatermia y la aplicación de calor o frío para relajar los músculos tensos y reducir la inflamación.

En Sannus Clinic, estamos comprometidos con el bienestar de nuestros pacientes. Sabemos que el dolor lumbar puede afectar significativamente tu calidad de vida, por eso, nuestro equipo de fisioterapeutas especializados trabaja para ofrecer tratamientos personalizados que no solo alivian el dolor, sino que también te ayudan a prevenir futuras lesiones.

CUIDADO DE LESIONES EN CASA

Cuando se presenta dolor muscular por una sobrecarga o lesión, debes descansar la parte afectada. Aplica hielo dentro de las primeras 24 a 72 horas para reducir la inflamación y el dolor. Después aplicar calor de forma más habitual.

Los dolores musculares suelen responder bien a los masajes y los ejercicios de estiramiento suaves después de un descanso largo también son útiles.

El ejercicio regular puede ayudar a recuperar el tono muscular. Caminar, montar en bicicleta y nadar son buenas actividades que se pueden intentar. Uno de nuestros fisioterapeutas puede enseñarte algunos ejercicios de estiramiento para ayudar a mejorar y que no sientas dolor.

Evita o adapta las actividades de alto impacto y el levantamiento de peso cuando estés lesionado o mientas notes dolor.

Asegúrate de dormir bien y trata de reducir el estrés. El yoga y la meditación son formas excelentes para ayudarte.

Estos son algunos pasos que pueden ayudar a disminuir el riesgo de tener dolores musculares:

  • Estírate antes y después de hacer ejercicio.
  • Calienta antes del ejercicio y permite que los músculos se enfríen después de la actividad.
  • Bebe mucha agua antes, durante y después del ejercicio.
  • Si trabajas en la misma posición la mayor parte del día, como estar sentado delante del ordenador, estírate al menos cada hora.

Si las medidas caseras no funcionan o tienes alguna consulta, acude a Sannus Clinic y nosotros nos encargamos de darte las pautas necesarias para recuperarte.

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Tipos de lesiones tendinosas

Hay muchos tipos de lesiones tendinosas, pero, por lo general, podemos agruparlas en 3 categorías:

  • Tendinitis
  • Tendinosis
  • Tenosinovitis

 

Tendinitis

Este tipo de lesión tendinosa consiste en la inflamación reciente de un tendón.

Es muy dolorosa, y entre los síntomas encontramos el aumento de volumen de la zona afectada, limitación para el movimiento y rigidez.

Una de las lesiones de este tipo más común es la tendinitis rotuliana. Es la inflamación del tendón que une la parte inferior de la rótula con la tibia. Es el que nos permite mantenernos en pie, y junto con el tendón de Aquiles nos impulsa durante la carrera.

La tendinitis puede ser aguda o puede ser crónica, el tratamiento suele ser reposo deportivo, frío local y antiinflamatorios. Siempre supervisados por un profesional.

Tendinosis

Cuando una tendinitis no se resuelve, bien sea porque no se llevó a cabo el tratamiento adecuado o no se cumplió con el reposo requerido, se prolonga en el tiempo convirtiéndose en una lesión crónica que se conoce como tendinosis.

En esta condición, hay un proceso degenerativo del tejido que conforma el tendón. Es decir, en estos casos hay un desgaste del tendón, no sólo una inflamación.

El tratamiento en estos casos suele ser más complicado, ya que no hay un tratamiento único eficaz. Hay que tratarlo a nivel multidisciplinar: modificar pauta de entrenamiento, ejercicios de estiramiento, pautas de fisioterapia… En estos casos los antiinflamatorios y el reposo no son efectivos y sólo contribuyen a cronificar la lesión.

Tenosinovitis

En esta lesión se inflama el tendón y la vaina tendinosa que lo recubre, esto es muy característico de enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide, es muy dolorosa acompañada por una hinchazón y rigidez importantes. Suele producirse una crepitación y es más frecuente a nivel de las manos, que afecta a la muñeca y al primer dedo de la mano.

 

Si necesitas ayuda para saber cuál puede ser tu diagnóstico, no dudes en contactar con nosotros. Te esperamos.