Síndrome de dolor miofascial y Puntos gatillos miofasciales

El síndrome de dolor miofascial es el conjunto de signos y síntomas producidos por los puntos gatillo miofasciales (PGM). Un punto gatillo miofascial es un foco hiperirritable dentro de una banda tensa de un músculo. Puede ser doloroso a la presión y a otros estímulos mecánicos y puede generar dolor en otras zonas que normalmente siguen un mismo patrón y causar limitación motora.

Hay diferentes mecanismos que hacen que los PGM se vuelvan dolorosos:

  • Mecanismos de activación directos: sobrecarga aguda o crónica, traumatismo directo sobre el músculo, sobreestiramiento, enfriamiento…
  • Mecanismos de activación indirectos: otros PGM, enfermedad visceral, inflamaciones, degeneración articular, radiculopatías y factores psicológicos.

Sintomatología

Normalmente el dolor no se localiza en la zona del propio PGM. Sólo se da esta circunstancia cuando el PGM es deformado mecánicamente (por compresión, contracción, estiramiento, punción, etc.) y en los escasos músculos cuyo dolor referido incluye al PGM.

En la zona de dolor referido se observan diferentes alteraciones vegetativas (vasoconstricción, lagrimeo, coriza, etc.), propioceptivas (desequilibrios, alteración de la percepción del peso de los objetos, etc.) y viscerales (arritmias, enuresis, vómitos, etc.)

En ocasiones, genera restricción articular, y por tanto disminución de la movilidad. Es específica y relacionada con el músculo en cuestión, por tanto puede servir como diagnóstico.

También puede generar rigidez o dificultad para iniciar el movimiento, especialmente después de un periodo de reposo.

El músculo con PGM, puede tener una inhibición en la contracción. Normalmente será descrita como fatiga o debilidad muscular, dificultando la activación del propio músculo.

Los PGM pueden relacionarse con pequeños espasmos (contracciones involuntarias que persisten de manera prolongada) y con calambres musculares (contracciones involuntarias dolorosas y transitorias).

Tratamiento

Es importante realizar una buena evaluación para poder localizar PGM que puedan generar el dolor de paciente. Normalmente, en la evaluación, se tiene en cuenta que al presionar el PGM se reproduzcan parcial o totalmente los síntomas por los que se acude a consulta. Es importante valorar todas las posibilidades para que el tratamiento sea más efectivo.

A partir de ahí se podrán realizar diferentes tratamientos como la punción seca, la neuromodulación, la terapia manual, diatermia, ondas de choque…

Si tienes dolor muscular, dolor inespecífico, no dudes en contactar para realizar una evaluación y programar un tratamiento en caso de que sea necesario.

Ecografía musculoesquelética

¿Qué es la ecografía musculoesquelética?

La ecografía musculoesquelética es una herramienta de imagen dinámica, en tiempo real y que no entraña riesgos para la salud. Nos permite realizar un diagnóstico médico o de fisioterapia más preciso, para entender qué está pasando en el tejido dañado y cómo se comportan las estructuras musculoesqueléticas para poder llevar un seguimiento y evolución de la lesión mucho más preciso. Además, es de gran ayuda para decidir el tratamiento más adecuado para cada lesión y facilita el propio tratamiento ya que nos permite realizar con mayor precisión y seguridad algunos procedimientos invasivos que requieran de la monitorización en tiempo real, como son las infiltraciones articulares o musculares realizadas por el traumatólogo o las técnicas de fisioterapia invasiva como la punción seca (sabiendo exactamente en qué zona estamos pinchando), la electrólisis percutánea (fundamental la localización de la aguja para el éxito del tratamiento) o la neuromodulación (importante localizar el nervio sobre el que se quiere actuar).

Normalmente, tras el inicio de los síntomas de forma aguda, por ejemplo un pinchazo muscular, se recomienda esperar 48-72 horas para realizar la ecografía, ya que será más fiable y nos permitirá ver con mayor precisión qué puede haber ocurrido a nivel muscular.

Es de gran ayuda en el diagnóstico de lesiones musculares, tendinosas, ligamentosas, articulares… sobre todo en patología musculoesquelética.

En Sannus Clinic contamos con la tecnología de los equipos de Gehealthcare de alta gama #Logiq S7 que junto al razonamiento clínico de nuestro equipo nos va a dar la posibilidad de plantear la mejor solución para tu problema. Nos permite evaluar y reevaluar según avanza el tratamiento, además de darnos información en tiempo real de qué ocurre en el tejido y ayudarnos a realizar el propio tratamiento de fisioterapia invasiva.

¿Qué es la capsulitis adhesiva?

Es un proceso que consiste en una fibrosis de la cápsula de la articulación del hombro que se caracteriza por la pérdida progresiva de la movilidad activa y pasiva de esta. La capsulitis adhesiva primaria se considera idiopática (se desconoce la causa). La secundaria puede estar provocada por procesos conocidos como patologías propias del hombro (calcificaciones, tendinopatías o bursitis del hombro y patologías del bíceps) u otras enfermedades externas al hombro como las radiculopatías cervicales, fracturas glenohumerales o accidentes cardiovasculares y factores sistémicos como la diabetes, trastornos tiroideos o enfermedades cardiacas.

Parece ser que afecta más en edades comprendidas entre los 40 y 60 años, siendo más predominante en las mujeres. También se ha visto asociado a pacientes que han sufrido un periodo largo de inmovilización tras una cirugía o fractura.

Se divide normalmente en 3 fases:

Fase inicial inflamatoria. El paciente presenta un dolor difuso e intenso especialmente por la noche que no deja dormir y dolor al final de los rangos articulares de movimiento. Dolor en la cara anterior del hombro a la altura del deltoides. Existe más dolor que rigidez en esta fase, que puede durar de 2 a 9 meses

Fase de rigidez o congelamiento. Empieza a haber una restricción progresiva e importante de la movilidad del hombro en todos los planos, tanto activa como de forma pasiva. Esta fase puede durar de 4 a 12 meses.

Fase de descongelamiento. Resolución del dolor y retorno gradual del rango articular, pudiendo llegar a permanecer presente parte de la rigidez desde 15 a 24 meses desde la aparición de los síntomas.

El tratamiento va a estar enfocado según la fase en la que nos encontremos, pero la fisioterapia va a estar dirigida a un tratamiento global en el que vamos a intentar mejorar la movilidad articular del hombro con diferentes técnicas de Terapia Manual, Diatermia, Punción Seca así como a intentar reducir la sintomatología dolorosa. En algunos casos, desde la traumatología, se realizan infiltraciones intraarticulares para intentar ganar rango articular y conseguir analgesia para poder seguir avanzando a nivel de fisioterapia o, en los pacientes más graves (más de 10 meses de síntomas graves) se decide hacer una artroscopia para intentar liberar la articulación.

Si sientes rigidez en el hombro, dolor articular, limitación de movimiento, no dudes en pedir una cita para consultar con nosotros y realizar una buena evaluación para programar el tratamiento más adecuado.